Los niños aprenden a manejar los ordenadores antes que a atarse los zapatos

Colgados de las pantallas y desconectados del mundo. Ese es el temor de muchos padres cuando miran a sus hijos manejar con una destreza asombrosa smartphones, tablets y ordenadores. ¿Motivos para preocuparse? Como explica Javier Urra, doctor en Psicología, "son solo nuevos canales, y no debemos estigmatizarlos. Poner limitaciones es una tontería, hay que educarles en lo que es bueno y lo que no. La televisión es algo pasivo, pero con el iPad o las consolas se interacciona, y eso es positivo si los contenidos no son violentos. El peligro no está en los objetos, sino en su uso".

Estudios como el realizado por AVG Technologies, que concluye que los niños de dos a cinco años controlan estos gadgets antes de aprender a andar en bicicleta o a atarse los zapatos, dan que pensar. Para el británico Aric Sigman es un peligro se les exponga a las pantallas antes de los tres años, el momento crítico del desarrollo neurocerebral, y propone ir incrementando el tiempo hasta un máximo de dos horas diarias cuando alcancen los 16. Nora Rodríguez, pedagoga y autora de Educar niños y adolescentes en la era digital, no recomienda su utilización hasta los seis. "Antes tienen que oír los pájaros en el parque, mojarse y rodar por la hierba para estimular la parte derecha de su cerebro, que es la emocional y social. De seis a 12 años, de lunes a viernes no puede haber juegos ni redes sociales. 

Y a esta edad, los fines de semana, nunca más de dos horas al día". Otros expertos no son tan restrictivos. Es el caso de Irene Hidalgo, psicóloga del Instituto Superior de Psicología Clínica y de la Salud: "Los programas o aplicaciones de estimulación temprana que tienen juegos, sonidos o imágenes pueden emplearse desde los primeros meses de vida. Las nuevas tecnologías han introducido un modo diferente de aprender, más interactivo, creativo y motivador. 

Y aunque favorecen el sedentarismo, muchas de estas herramientas mejoran la atención, la memoria y el razonamiento espacial. Incluso algunas entrenan las habilidades lectoras, velocidad y comprensión". Por eso recomienda "hasta los cinco años un uso educativo; a partir de seis, también lúdico, y hacia los 12, lúdico, educativo y social. El tiempo adecuado deben establecerlo los padres y el menor atendiendo a las siguientes premisas: no ha de impedir la realización de otras tareas propias de la edad (juego con juguetes, deberes, obligaciones de casa…) y tampoco afectar a la socialización".

"Las nuevas tecnologías han introducido un modo diferente de aprender, creativo, interactivo y motivador. Muchas mejoran la atención y el razonamiento espacial"  

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